Hay un dicho en las
pandillas y maras centroamericanas que es algo así como que no se
debe “escupir al cielo o te cae encima”. Eso explica mucho
la tendencia a ser religioso, a poner toda la fe en Dios de
cualquiera que incluso se dedique a matar a gente.
En el albergue hay
celebraciones religiosas. Misas, celebraciones propias de fechas
señaladas, bautizos, oraciones... Algunos, muy pocos, no asisten.
Muy muy pocos. Resulta raro verlo. Me sorprendió ver a alguien que
no iba a misa, que siempre estaba desplazado, con sus cascos, sin
importarle demasiado si aquello iba con él o no. Porque no iba con
él.
Lo conocía bien hace
tiempo. Hablábamos mucho. ¡España! ¡Gimme papper! Eran las
palabras más escuchadas de sus labios. ¡Quiero sixsag! (O
algo así) que me costó mucho que alguien me contara que quería
decir lo mismo y que venía de una marca de papel de fumar de su
tierra. Pero ese día, paseando yo también por los alrededores de la
capilla (no voy a indicar que es lo que me llevaba a ese paseo porque
no viene al caso), me dio por preguntar y ahí empezó todo. Un viaje
sin retorno que no sé siquiera ahora que escribo esto, si debí
comenzar con tamaña valentía. Si siguen leyendo comprenderán el
porqué digo esto...
Nació en Apopa, San
Salvador. Es un salvadoreño que estudió contabilidad y un año de
astrología. No ha vivido mal. Clase media decía. Nunca le faltó
trabajo. Buenos trabajos. Quiere seguir estudiando astrología. No
cree en Dios. Ni en la Iglesia. Ni en esas cosas. Dejó de creer a
los 18 años. Estudiando mucho. Historia, civilizaciones antiguas.
Leyó millones de relatos de hace muchísimos años. Me vio interés.
Y se agarró a contarme sin ningún tipo de pudor. Ya habíamos
platicado más de una vez. Por los papeles. Los de fumar. Del tren.
De que transporta más que personas. De cómo no puede dormir desde
que está aquí y empezó a fumar mota. De todo lo que conlleva la
llegada y salida de La Bestia. Cree que todos pensamos que tenemos
tecnología y que evolucionamos. Pero no existe la evolución, ni
nada de lo que decía Darwin. Ya lo decían los sumerios. Venimos de
la manipulación genética. De allí nace el primer humano. Por
supuesto, no hay Dios, sino seres avanzados de otros sistemas solares
con el poder de manipularnos a nosotros.
Se acaba de ir del
albergue. Me contaba aquellos días que se iría en camión (bus).
Desde Juchitán de Zaragoza. “Es de donde salen los Platino”.
Desde Ixtepec no hay, sólo Primera Clase. Son muchas horas al DF y
hay que ir en un buen autobús. Luego a Tijuana. No es mucha
plata, decía. Hacía días que había conseguido los papeles y
ya estaba legalmente en México.
- ¿Quieres vivir en
Tijuana?
- Jujuuju, un huevo,
allí está la mera Falla de San Andrés...
Dice que allí va a estar
un tiempo. Podría ser auxiliar de un abogado, de un despacho. En
esas cosas pagan mejor. Quiere estudiar en Tijuana, pero la Falla...
No sabe si le va a dar tiempo. Quizás vuelva a su tierra. A
estudiar. Después de subir a EEUU y ver a su madre. También decía
que los gringos tienen la NASA y si sales bien de los estudios puedes
acceder a ello. Pero él quiere descubrir por su cuenta. Aunque sólo
la NASA y los rusos tienen telescopios potentes para lo que él
busca.
En ese momento descubrí
que no necesitaba preguntar. No quería saber qué es lo que quiere
descubrir. En su lugar me fui por otro lado más sentimental y lo
quise llevar a cosas más personales. Que me dijera en qué más
cosas dejó de creer.
Pero me intentó explicar
que existe una pluralidad en todo. En nosotros, en el mundo. Que hay
un bien o un mal. Evidentemente, si existe algo tiene que existir lo
otro. Es un equilibrio para nosotros. Para todos. No sé cómo ni
porqué, llegamos a hablar de Hitler. De todo lo que sabían los
nazis y lo que hacían. Pero siempre acabábamos en los sumerios.
Todo deriva de ellos. Todas las mitologías. Los Dioses Griegos,
Egipcios, Nórdicos... Si algo he sacado en claro hablando con FC es
que los sumerios eran la leche. Quizás debería hablar con Javier
Fesser para que revisara su mítico skecht de “Los romanos... ¡Una mierda al lado de los etruscos!” que salía en “El milagro de P.
Tinto” y metiera a los sumerios.
¿Por qué va a EEUU?
¿Por qué va a EEUU una persona a la que los gringos le pelan la
vega? Con él no pueden. Ahora tiene papeles. Ha subido a Tijuana
como era su intención. A ver la prima, a quedarse un tiempo. Su
madre bajará allí a verle. Quiere verla. Lleva desde los ocho años
sin verla. Vive en Maryland, cerca de Washington. Su madre se fue por
dinero. De todo lo que ganaba le descontaban un montón. Prefirió ir
EEUU para estar mejor. Él piensa que El Salvador es un país pequeño
que debería ser rico, pero no quieren los gobiernos. Y así van las
cosas. Tiene cuatro hermanos, dos niñas y dos niños, y él es el
quinto, cuarto por edad. Los mayores están en EEUU con su mamá. Los
pequeños estudian en El Salvador. De su padre no sabe nada. Sólo
que era griego, el hijoputa. No le gusta hablar de eso. No le
dejó más que un apellido extraño.
Albert Einstein es a
quien más admira. Al loco Einstein. Nos tenemos que fijar que el
humano a la ciencia mentirosa le llaman teoría. Y ese es el error.
Nos quedamos en el inicio. En la teoría. Vivimos en una realidad que
en la ciencia te meten religión. Como paradoja y prueba me comenta
que estudió en un centro educativo con el nombre de Juan Pablo II.
Todo está conectado. Todas las religiones. Las vestimentas de los
sumerios eran las mismas que la que llevan los papas. De nuevo los
sumerios. Eso me dice. En esas cosas no puede dejar de fijarse: en la
simbología. Inglaterra, la esvástica... Todo tiene una conexión.
Por ejemplo, Inglaterra y
su familia real: Conspiraron para asesinar a Lady Di. Ellos son
metamórficos. Vienen de una raza de reptiles, no se mezclan con
nadie. El Principe William, el hijo de Lady Di, es regido por
eclipses solares, la numerología de ellos mismos y los aninakis. Su
número, tiene la característica de Enki, y es la cara de un
antílope con cuernos. William es el anticristo, viene en las
escrituras. Desde la antigüedad tenemos la escritura cuneiforme y no
la hemos podido cambiar, siempre fue así. Y eso lo deberíamos
pensar. El Vaticano, la Casa Blanca, Palacio de Buckingham.
Francmasones. Dominan el mundo. La Santísima Trinidad.
- ¿Quiéres saber qué
es Enki?
Pongo una torpe excusa y
le digo que otro día, que ya sé del tema.
Él todo eso lo ha visto
y ha sacado un resumen. Me lo ofrece si algún día quiero saber.
Cómo Constantino metió el catolicismo a los griegos. Cómo Moisés
actuaba en el Monte Sinaí, lugar conocido por el avistamiento de
muchos OVNIS.
No tiene problemas de
dinero, pero ese es el problema: si no tiene un problema
siempre tiene que haber algo, otra cosa, la pluralidad. Clase media.
Era subgerente de un market. Pero ya se sabe, los gobiernos. No
cobraba mucho porque los gobiernos que no quieren. Estaba bien, pero
tiene que ver su madre. Son muchos años. En este segundo viaje hizo
un tramo en tren, el resto en camión (autobús). Hasta llegar aquí,
indocumentado. Pero sabía que en el albergue no habría problemas, y
aquí estaba, esperando papeles. Recuerda el tramo que hizo en tren
cuando el hijoputa descarriló y no pudo seguir avanzando. Por
los gobiernos. Por la pluralidad...
Ese fue su segundo viaje.
En el que está ahora embarcado. El primero lo emprendió y subió
porque iba a estudiar allí, con su madre. Una madre que es legal en
EEUU y él estaba arreglando papeles para ir con visa de estudiante.
Todo correcto, todo controlado. Pero no esperó, pasó ilegalmente y
le agarraron. En ese momento todo acabó. Allí empezó este
peregrinar. Allí empezó el cambio para todo. Hasta ahora. Vendió
un coche que le habían regalado a los 17 años, en el 2009, cuando
intentó aquel primer viaje. El El Salvador no podía estar ya.
Extorsionado. No podía ir caminando, por lo que gastó ahorros en
una moto. Hasta que también lo pararon hasta en la moto y se lo
dejaron bien claro. Aquello y lo difícil que era estudiar y trabajar
le mandó para arriba. Y volver a ver a su madre. Esos turnos que no
dan para nada. Con lo que no se puede vivir. Está lleno de
contradicciones. Sigue manteniendo la moto en El Salvador y ahora ya
está en Tijuana buscado lo que dejó atrás, trabajar y estudiar,
volver a los turnos, a la vida cerca de su madre.
Aunque todo ha cambiado.
Miramos al cielo.
Hablamos de las estrellas. El cielo en Ixtepec es muy bello. Suele
estar despejado todas las noches y se ven las estrellas con facilidad
porque hay poca contaminación lumínica. Algunos lo llaman falta de
iluminación en las calles, pero para el caso es lo mismo. Todas las
respuestas están el cielo. Todo está ahí. Hasta el séptimo
planeta que apareció y aceptaron hace poco. Se llama Nibiru y los
sumerios ya lo conocían. Lo llamaban Alamantiun. Le dicen cometa
porque deja cola, pero es un planeta. De allí viene la vida. Lo
decían los sumerios, de los anunakis, los que vienen del cielo. Todo
está en el cielo y todo lo sabían ya los sumerios. De Nínive. La
ciudad de la que salieron todas las ciudades bíblicas. Eso incluso
está en la Biblia. De allí salió todo.
Una mañana me dijo que
no había ido a trabajar. Eran muchas horas. Desde las siete de la
mañana hasta la tarde. Sin desayunar. Sin comer allí tampoco. Por
sólo 150 pesos. No merece la pena. Son muchas horas. No lo necesita.
Cuando no come se acuerda del 2009. Del desierto de Arizona. Su
primer viaje, su primer y gran error. Cuando pasó casi cinco días
sin comer ni beber allí. Me cuenta que en el desierto ponen garrafas
de agua para beber. Con una bandera en lo alto para verlas de lejos e
ir hacia ellas. Pero la mayoría están vacías. Las derraman, las
rompen, las disparan. Hay un extraño componente humano que tienen
ciertos personajes por los EEUU (Como por muchas partes por el mundo)
que hace que quieras derramar esa agua para que los migrantes que van
por el desierto se deshidraten. Es difícil de entender, pero es así.
Igual que muchas familias por la zona, disfrazadas de buenos
samaritanos, que recogen a los migrantes, les dan cobijo,
alimentación y bebida para cuando se confían, llamar a los agentes
de inmigración americanos para que los detengan.
F.C. pasó cinco días en
el desierto sin comida ni bebida. Consiguió comer insectos que
quemaba y les quitaba las patas. Dice que estaba bien porque no hay
insectos venenosos, no existen. Cuando vio los helicópteros de
inmigración que significaban su deportación segura, se sintió
aliviado. En aquel momento llegó al límite. O lo deportaban o
moría. Le pusieron suero, se recuperó y volvió a su país.
Ahora se cumplen cinco
años de ello. Va a cruzar y entregarse. Ya con papeles mexicanos.
Pedir visa de estudiante. Tras cinco años de deportación es
posible. Pedir el perdón y llegar. Habla con su madre a menudo. Le
habla de verse en Tijuana, de pasar con ella o no, de sus estudios,
de lo bien que le va, de los planes que tiene. Y de la falla San
Andrés, que no le permitirá estar mucho tiempo en Tijuana. Quizás
una falla sea lo que le convenza a irse con su madre y los pinches
gringos, y estudiar y trabajar en los EEUU.
No se aferra a ningún
problema, a ninguna persona. Por eso no echará a nadie de menos. A
nadie de la gente que ha conocido. Ni siquiera a mí, que le daba
papel, cigarros y conversación. Aunque me ha encantado saber de él
cuando ya estaba en el DF y esperaba el bus a Tijuana y cuando llegó
a su destino final. Allí, encima de la Falla San Andrés.
Todo le irá bien. No hay
más que mirar el cielo. O estudiar a los sumerios, que ya lo sabían
todo...
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