lunes, 3 de febrero de 2014

La historia de FC (Y los sumerios)


Hay un dicho en las pandillas y maras centroamericanas que es algo así como que no se debe “escupir al cielo o te cae encima”. Eso explica mucho la tendencia a ser religioso, a poner toda la fe en Dios de cualquiera que incluso se dedique a matar a gente.

En el albergue hay celebraciones religiosas. Misas, celebraciones propias de fechas señaladas, bautizos, oraciones... Algunos, muy pocos, no asisten. Muy muy pocos. Resulta raro verlo. Me sorprendió ver a alguien que no iba a misa, que siempre estaba desplazado, con sus cascos, sin importarle demasiado si aquello iba con él o no. Porque no iba con él.

Lo conocía bien hace tiempo. Hablábamos mucho. ¡España! ¡Gimme papper! Eran las palabras más escuchadas de sus labios. ¡Quiero sixsag! (O algo así) que me costó mucho que alguien me contara que quería decir lo mismo y que venía de una marca de papel de fumar de su tierra. Pero ese día, paseando yo también por los alrededores de la capilla (no voy a indicar que es lo que me llevaba a ese paseo porque no viene al caso), me dio por preguntar y ahí empezó todo. Un viaje sin retorno que no sé siquiera ahora que escribo esto, si debí comenzar con tamaña valentía. Si siguen leyendo comprenderán el porqué digo esto...




Nació en Apopa, San Salvador. Es un salvadoreño que estudió contabilidad y un año de astrología. No ha vivido mal. Clase media decía. Nunca le faltó trabajo. Buenos trabajos. Quiere seguir estudiando astrología. No cree en Dios. Ni en la Iglesia. Ni en esas cosas. Dejó de creer a los 18 años. Estudiando mucho. Historia, civilizaciones antiguas. Leyó millones de relatos de hace muchísimos años. Me vio interés. Y se agarró a contarme sin ningún tipo de pudor. Ya habíamos platicado más de una vez. Por los papeles. Los de fumar. Del tren. De que transporta más que personas. De cómo no puede dormir desde que está aquí y empezó a fumar mota. De todo lo que conlleva la llegada y salida de La Bestia. Cree que todos pensamos que tenemos tecnología y que evolucionamos. Pero no existe la evolución, ni nada de lo que decía Darwin. Ya lo decían los sumerios. Venimos de la manipulación genética. De allí nace el primer humano. Por supuesto, no hay Dios, sino seres avanzados de otros sistemas solares con el poder de manipularnos a nosotros.

Se acaba de ir del albergue. Me contaba aquellos días que se iría en camión (bus). Desde Juchitán de Zaragoza. “Es de donde salen los Platino”. Desde Ixtepec no hay, sólo Primera Clase. Son muchas horas al DF y hay que ir en un buen autobús. Luego a Tijuana. No es mucha plata, decía. Hacía días que había conseguido los papeles y ya estaba legalmente en México.

- ¿Quieres vivir en Tijuana?
- Jujuuju, un huevo, allí está la mera Falla de San Andrés...

Dice que allí va a estar un tiempo. Podría ser auxiliar de un abogado, de un despacho. En esas cosas pagan mejor. Quiere estudiar en Tijuana, pero la Falla... No sabe si le va a dar tiempo. Quizás vuelva a su tierra. A estudiar. Después de subir a EEUU y ver a su madre. También decía que los gringos tienen la NASA y si sales bien de los estudios puedes acceder a ello. Pero él quiere descubrir por su cuenta. Aunque sólo la NASA y los rusos tienen telescopios potentes para lo que él busca.

En ese momento descubrí que no necesitaba preguntar. No quería saber qué es lo que quiere descubrir. En su lugar me fui por otro lado más sentimental y lo quise llevar a cosas más personales. Que me dijera en qué más cosas dejó de creer.

Pero me intentó explicar que existe una pluralidad en todo. En nosotros, en el mundo. Que hay un bien o un mal. Evidentemente, si existe algo tiene que existir lo otro. Es un equilibrio para nosotros. Para todos. No sé cómo ni porqué, llegamos a hablar de Hitler. De todo lo que sabían los nazis y lo que hacían. Pero siempre acabábamos en los sumerios. Todo deriva de ellos. Todas las mitologías. Los Dioses Griegos, Egipcios, Nórdicos... Si algo he sacado en claro hablando con FC es que los sumerios eran la leche. Quizás debería hablar con Javier Fesser para que revisara su mítico skecht de “Los romanos... ¡Una mierda al lado de los etruscos!” que salía en “El milagro de P. Tinto” y metiera a los sumerios.

¿Por qué va a EEUU? ¿Por qué va a EEUU una persona a la que los gringos le pelan la vega? Con él no pueden. Ahora tiene papeles. Ha subido a Tijuana como era su intención. A ver la prima, a quedarse un tiempo. Su madre bajará allí a verle. Quiere verla. Lleva desde los ocho años sin verla. Vive en Maryland, cerca de Washington. Su madre se fue por dinero. De todo lo que ganaba le descontaban un montón. Prefirió ir EEUU para estar mejor. Él piensa que El Salvador es un país pequeño que debería ser rico, pero no quieren los gobiernos. Y así van las cosas. Tiene cuatro hermanos, dos niñas y dos niños, y él es el quinto, cuarto por edad. Los mayores están en EEUU con su mamá. Los pequeños estudian en El Salvador. De su padre no sabe nada. Sólo que era griego, el hijoputa. No le gusta hablar de eso. No le dejó más que un apellido extraño.

Albert Einstein es a quien más admira. Al loco Einstein. Nos tenemos que fijar que el humano a la ciencia mentirosa le llaman teoría. Y ese es el error. Nos quedamos en el inicio. En la teoría. Vivimos en una realidad que en la ciencia te meten religión. Como paradoja y prueba me comenta que estudió en un centro educativo con el nombre de Juan Pablo II. Todo está conectado. Todas las religiones. Las vestimentas de los sumerios eran las mismas que la que llevan los papas. De nuevo los sumerios. Eso me dice. En esas cosas no puede dejar de fijarse: en la simbología. Inglaterra, la esvástica... Todo tiene una conexión. 
Por ejemplo, Inglaterra y su familia real: Conspiraron para asesinar a Lady Di. Ellos son metamórficos. Vienen de una raza de reptiles, no se mezclan con nadie. El Principe William, el hijo de Lady Di, es regido por eclipses solares, la numerología de ellos mismos y los aninakis. Su número, tiene la característica de Enki, y es la cara de un antílope con cuernos. William es el anticristo, viene en las escrituras. Desde la antigüedad tenemos la escritura cuneiforme y no la hemos podido cambiar, siempre fue así. Y eso lo deberíamos pensar. El Vaticano, la Casa Blanca, Palacio de Buckingham. Francmasones. Dominan el mundo. La Santísima Trinidad.

- ¿Quiéres saber qué es Enki?
 
Pongo una torpe excusa y le digo que otro día, que ya sé del tema.

Él todo eso lo ha visto y ha sacado un resumen. Me lo ofrece si algún día quiero saber. Cómo Constantino metió el catolicismo a los griegos. Cómo Moisés actuaba en el Monte Sinaí, lugar conocido por el avistamiento de muchos OVNIS.

No tiene problemas de dinero, pero ese es el problema: si no tiene un problema siempre tiene que haber algo, otra cosa, la pluralidad. Clase media. Era subgerente de un market. Pero ya se sabe, los gobiernos. No cobraba mucho porque los gobiernos que no quieren. Estaba bien, pero tiene que ver su madre. Son muchos años. En este segundo viaje hizo un tramo en tren, el resto en camión (autobús). Hasta llegar aquí, indocumentado. Pero sabía que en el albergue no habría problemas, y aquí estaba, esperando papeles. Recuerda el tramo que hizo en tren cuando el hijoputa descarriló y no pudo seguir avanzando. Por los gobiernos. Por la pluralidad...

Ese fue su segundo viaje. En el que está ahora embarcado. El primero lo emprendió y subió porque iba a estudiar allí, con su madre. Una madre que es legal en EEUU y él estaba arreglando papeles para ir con visa de estudiante. Todo correcto, todo controlado. Pero no esperó, pasó ilegalmente y le agarraron. En ese momento todo acabó. Allí empezó este peregrinar. Allí empezó el cambio para todo. Hasta ahora. Vendió un coche que le habían regalado a los 17 años, en el 2009, cuando intentó aquel primer viaje. El El Salvador no podía estar ya. Extorsionado. No podía ir caminando, por lo que gastó ahorros en una moto. Hasta que también lo pararon hasta en la moto y se lo dejaron bien claro. Aquello y lo difícil que era estudiar y trabajar le mandó para arriba. Y volver a ver a su madre. Esos turnos que no dan para nada. Con lo que no se puede vivir. Está lleno de contradicciones. Sigue manteniendo la moto en El Salvador y ahora ya está en Tijuana buscado lo que dejó atrás, trabajar y estudiar, volver a los turnos, a la vida cerca de su madre.

Aunque todo ha cambiado.




Miramos al cielo. Hablamos de las estrellas. El cielo en Ixtepec es muy bello. Suele estar despejado todas las noches y se ven las estrellas con facilidad porque hay poca contaminación lumínica. Algunos lo llaman falta de iluminación en las calles, pero para el caso es lo mismo. Todas las respuestas están el cielo. Todo está ahí. Hasta el séptimo planeta que apareció y aceptaron hace poco. Se llama Nibiru y los sumerios ya lo conocían. Lo llamaban Alamantiun. Le dicen cometa porque deja cola, pero es un planeta. De allí viene la vida. Lo decían los sumerios, de los anunakis, los que vienen del cielo. Todo está en el cielo y todo lo sabían ya los sumerios. De Nínive. La ciudad de la que salieron todas las ciudades bíblicas. Eso incluso está en la Biblia. De allí salió todo.


Una mañana me dijo que no había ido a trabajar. Eran muchas horas. Desde las siete de la mañana hasta la tarde. Sin desayunar. Sin comer allí tampoco. Por sólo 150 pesos. No merece la pena. Son muchas horas. No lo necesita. Cuando no come se acuerda del 2009. Del desierto de Arizona. Su primer viaje, su primer y gran error. Cuando pasó casi cinco días sin comer ni beber allí. Me cuenta que en el desierto ponen garrafas de agua para beber. Con una bandera en lo alto para verlas de lejos e ir hacia ellas. Pero la mayoría están vacías. Las derraman, las rompen, las disparan. Hay un extraño componente humano que tienen ciertos personajes por los EEUU (Como por muchas partes por el mundo) que hace que quieras derramar esa agua para que los migrantes que van por el desierto se deshidraten. Es difícil de entender, pero es así. Igual que muchas familias por la zona, disfrazadas de buenos samaritanos, que recogen a los migrantes, les dan cobijo, alimentación y bebida para cuando se confían, llamar a los agentes de inmigración americanos para que los detengan.

F.C. pasó cinco días en el desierto sin comida ni bebida. Consiguió comer insectos que quemaba y les quitaba las patas. Dice que estaba bien porque no hay insectos venenosos, no existen. Cuando vio los helicópteros de inmigración que significaban su deportación segura, se sintió aliviado. En aquel momento llegó al límite. O lo deportaban o moría. Le pusieron suero, se recuperó y volvió a su país.
Ahora se cumplen cinco años de ello. Va a cruzar y entregarse. Ya con papeles mexicanos. Pedir visa de estudiante. Tras cinco años de deportación es posible. Pedir el perdón y llegar. Habla con su madre a menudo. Le habla de verse en Tijuana, de pasar con ella o no, de sus estudios, de lo bien que le va, de los planes que tiene. Y de la falla San Andrés, que no le permitirá estar mucho tiempo en Tijuana. Quizás una falla sea lo que le convenza a irse con su madre y los pinches gringos, y estudiar y trabajar en los EEUU.


No se aferra a ningún problema, a ninguna persona. Por eso no echará a nadie de menos. A nadie de la gente que ha conocido. Ni siquiera a mí, que le daba papel, cigarros y conversación. Aunque me ha encantado saber de él cuando ya estaba en el DF y esperaba el bus a Tijuana y cuando llegó a su destino final. Allí, encima de la Falla San Andrés.

Todo le irá bien. No hay más que mirar el cielo. O estudiar a los sumerios, que ya lo sabían todo...



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