"Bailo para que se espanten
todas las complicaciones,
cuando el llanto duele tanto abandonarse es lo mejor.
Quiero ver cómo se mueven todas mis preocupaciones,
si manejan bien el ritmo o son tan torpes como yo."
cuando el llanto duele tanto abandonarse es lo mejor.
Quiero ver cómo se mueven todas mis preocupaciones,
si manejan bien el ritmo o son tan torpes como yo."
(El traje, Julio de la
Rosa)
Los españoles no sabemos
bailar. Es un hecho. Hay quien dice que traemos una malformación de
serie en la cadera que impide cualquier movimiento rítmico que
queramos hacer con el cuerpo. Además, no sabemos qué hacer con las
manos si no están asidas a alguna forma cilíndrica de vidrio o
plástico que contenga líquido, lo cual añade más hándicap al
asunto si cabe.
Los mesoamericanos y
mesoamericanas saben bailar. Saben y deben bailar. No entienden la
vida de otra manera.
Los que tenemos la
terrible manía de preguntarnos todo y plantear interrogantes para
todo lo que vemos morimos de angustia tratando de desentrañar el
misterio del baile por estos lares. ¿Por qué bailan? ¿Para qué?
Bachata, punta, merengue,
reggaeton, parranda, lambada, salsa... Y así hasta el infinito.
Nunca organices una fiesta con mesoamericanos si no vas a poner
música y van a poder bailar. Vendría a ser como organizar una en
España sin servir alcohol: Un completo y estruendoso fracaso.
Dicen que las personas
que consiguen conectar con su ritmo son capaces de transmitir
sensaciones positivas. Desde la antigüedad, todas y todos hemos
bailado de mejor o peor manera, ya sea para honrar a dioses, atraer
la lluvia, como rito iniciático o como prolegómeno del
apareamiento. El baile mantiene el cerebro en forma y aumenta la
autoestima. Pero, sobre todo, el baile en el albergue evade y lleva
lejos, a lugares mejores. A muchos de los que he visto bailar por
aquí les encantaría bailar sobre la bestia y todo lo que ello
significa. Pero se conforman con arrimarse lo más posible a alguien
y bailar como si estuvieran en otro mundo que no estuviera nunca
perturbado por el sonido de un tren que devora sueños, deseos y,
literalmente, personas. Cuando el suelo que pisas quema tanto, bailar
es la mejor manera que existe para que no se te abrasen las plantas
de los pies.
Bailar no es una opción.
Es una obligación. Como seguir adelante, luchar, sonreír y tener fe
en algo. Al menos para todas y todos ellos. Mañana cuando me levante
querré saber bailar y poder integrarme más en su mundo. A día de
hoy me iré a dormir con el recuerdo de la noche que intentamos
bailar como si no pasara nada y acabé con el pantalón roto.
Pero
esa ya, es otra historia...
"Nadie se acordará de
ti
cuando en el río vean bailar
a un pez bailarín."
cuando en el río vean bailar
a un pez bailarín."
(Baile de los peces, Josele Santiago)
B.S.O. I: El traje, Julio de la Rosa
B.S.O. II: Baile de los peces, Josele
Santiago
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